lunes, 13 de julio de 2015

Caminante sin Camino / Gian Carlo Díaz Piérola

Enigmático y milagroso desierto de Océanos, que habiendo tanta agua en abundancia te sientes naufragar en las corrientes de la vida, para dejarte morir sediento en las arenas de una blanca playa. Incomprensible resultado de acontecimientos que luchan noblemente en los adentros de tu cuerpo, intentando encontrarle razones y ser resueltos.

Batalla sin argumentos, sin armas y sin lamentos. Lágrimas de salva que más allá de hacerte recordar, no hacen nada. Luz in deleznable de sentimientos porque no entiendes aun del sendero y sus secretos. Bienaventurada alma libre que se guía del espíritu, su dueño. Y triste y melancólico vehículo físico, nacido en la ignorancia, que aun crees ser consciente y autosuficiente. A ti te digo forma portadora de la no materia que jamás podrás cortar con el As de tu egoísmo, aquellos vínculos divinos... aquellos lazos de oro y plata ligados por naturaleza eterna y que sustentan la razón de tu existencia. Y es que vives en tu mundo iluso de materia, materia bella y hermosa que seduce y encanta con alegrías pasajeras llenas de fantasía. Tú que has quedado prendado de ella, date cuenta que ella en el tiempo es solo tu gran Maestra.


Tu peregrino del más hermoso destino, tú que a duras penas caminas, dando acongojados pasos, comprende y confía que la gloria del final de esta tu Aventura, vive en la luz de la penumbras, en las respuestas sin preguntas, en las alegrías sin sonrisas, en un mundo ajeno donde el Ser humano es parte y es dueño; en la abundancia de todas las carencias, en el ápice de vida que se enciende cuando respiras, en el sabor del no deseo, en lo húmedo de las sequías, en el hálito insaciable de lo desconocido, en la realidad de las verdades y en el blanco puro de todos los colores.


No desmayes mi querido caminante sin camino que tus deseos más profundos y aun desconocidos tienen eco en el paraíso. Vive tu historia personal, tu personaje con alegría y sin nostalgia; descansa y despierta de a pocos al amanecer de amaneceres, abre tus ojos con fe ciega que tu esfuerzo ya tiene destino.


Corazón Amigo portador de esa luz brillante que no cesa de alumbrarte. Corazón Sentido que conoces todos los caminos, cuida de cada quien aspire consultar tu fuente y bríndales visos claros de lunas llenas, para que fundidos en la emoción de su cuerpo y de su mente, entreguen sus actos en tu nombre y puedan responder el porqué de sus lamentos con tus grandes dotes de sabiduría y discernimiento.


Oh corazón que añoras latir en el valle de lo inmensurable, en la tierra inolvidable del olvido; en las lluvias de otoño donde crecen del alma sus retoños, donde todo lo vivido encuentra su sentido.


Sigue pues tu divino Sendero y sigue los pasos de ese tu corazón sincero, obedece sus designios, ten oído del alma para oírle, vístete de intuición y aquieta tu incansable e insoslayable y traicionera mente. No tengas miedo alguno en hacerle caso, porque el corazón no conoce del fracaso; háblale con confianza pues nadie mejor que él para escucharte, pues gobierna el Reino de la esperanza. Y escucha por favor lo que te digo. No le temas al destino que su Victoria está asegurada en los Anales de tu Beneficio.


Gian Carlo Díaz Piérola ( Alquino )

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