Extrañas sensaciones se vierten en nuestra sangre y en nuestro sentir físico. Querer determinar los porqués, las razones que solventan tales efectos y síntomas es realmente un enigma. La intuición no alcanza del todo. Las razones sin embargo existen y los porqués también.
Volar, despegar, elevarse al mismo cielo. Quedar suspendido en aquel lazo de amor que nos une a todos nosotros Seres de luz, que sostenemos y mantenemos encendido aquel rayo violeta en nuestro planeta con amor, coraje y valentía. Una constante divina, una energía sagrada nos anima y nos sostiene de manera uniforme haciendo espirales alrededor de nuestra madre Gaia. Somos los artistas del mañana. Nuestra intención o voluntad sintonizada y rítmica nos permite alegremente avanzar sin pausa en el pintado de la nueva Tierra. Nuestros corazones brindan los colores y nuestras intenciones liberan nuestra misión en este nuevo y puro Lienzo.
Gaia está atenta, despierta, y contenta. El mar de bendiciones y los cambios asoman a las puertas de nuestro asombro. Nada antes será tan sencillo, simple y sensible. Lo complicado, lo oculto, lo enredado ya no tiene eco en este nuevo escenario.
El fuego nos ha curado y despertado. Nuestros corazones hacen coros críticos entonando melodías de amor de elevada dimensión.
Somos quienes Somos, Hermanos todos de una Madre Bendita, animados por un solo sentimiento llamado Amor y expresivos todos a través del corazón. Nuestra naturaleza simple y magnifica en su orbe divino, nos reclama en herencia y nos hace en esta nueva Tierra, grandiosos Caballeros de LUZ.
Namasté,
Con Amor,
Gian Carlo Díaz / Alquino.
Mayo 2012.
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