martes, 8 de marzo de 2011

…En este Mundo de lo extraño y de lo ajeno!

El éxito en su vasto nombre y ámbito, se ganará siempre por adelantado, en el mundo individual y en el terreno interno de quien busca, merece y solventa una victoria. La lucha interna se interioriza a manera de formas creadas de  pensamiento envueltas en emociones, que se alistan testarudamente para hacernos frente. Es la mente quien batalla y son los sentimientos quienes sostienen la derrota o la victoria.

 El éxito se gana en casa, al calor de un corazón apasionado, que de contar con sana sapiencia y vasta sabiduría , entiende y dirige todo su esfuerzo interno en armonizar los eventos de sus pensamientos, así como  la calidad de su energía a fin de viabilizar los futuros eventos, tal y como posiblemente los visualiza inteligentemente.

El don del saber, ennoblece en actitud, la victoria merecida al esfuerzo de educar la mente. El positivismo es y será la actitud divina, quien logre abrir cada ventana y cada puerta al rostro iluminado de una sonrisa ganadora. No importa el resultado ni lo que pase, pues para el Ser atento, todo es y será positivo, todo le será ganancia y todo servirá para conseguir su tan ansiado anhelo y añoranza.

La vida se tiñe del color de tu mirar. Si ves luz en tus ojos, veras la luz de un camino largo y seguro a sombra de tu deseo y natural entendimiento. Todo se construye en armonía con el pensamiento y con la fe conciente, engrandecida  y confiada de una emoción sana.   De igual manera todo se resuelve y se resolverá  en un hecho anticipado basado en una actitud interna positiva; pues ella como producto de una sabia y madura experiencia, mágicamente será quien manifieste lo in manifiesto, en este mundo de lo relativo y de lo incierto.

La objetividad entendida como tal será el resultado material de aquella emoción y deseo interno, quien luchó y venció a la misma mente recurrente en aquel terreno interno y aleccionador de las dudas y de los miedos.

Fórmula bendita de lo cierto y eterno, que sabrá siempre resolver y ganar aquel valeroso enigma, a costas del margen sincero de un alma despierta que empieza a construir en este mundo de lo extraño y de lo ajeno.




Alquino.
10.08.09

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